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martes, 24 de noviembre de 2015

DEPORTE, DESAPARECIDOS Y DICTADURA

En una entrevista privada el periodista, docente universitario y escritor argentino Gustavo Veiga nos cuenta todo sobre su libro. 

Gustavo (58), corresponsal de Página 12

-¿Cómo nace la publicación del libro?

-El libro se publicó por primera vez en el 2006, en el aniversario N° 30 del Golpe de Estado, y después se reeditó en 2010 que es la última versión que está disponible. El libro tuvo que ver con una iniciativa de los editores de Al Arco, una editorial que ya no está más y publicaba libros de periodistas, sobre todo deportivos. En principio no había muchas obras de este tipo, entonces me llamaron para escribir uno pero en ese momento me encontraba con otro proyecto. Al tiempo se me ocurre una cosa y les digo que hay muchas notas que yo publiqué en el Diario Página 12, incluso notas de otros autores que son colegas míos sobre un tema que hay una masa crítica de datos, notas que yo escribí incluso durante 15 años que es este tema de los desaparecidos del deporte y además los represores que habían sido deportistas. Pensé que ahí había una cantidad de historias importantes para contar y así salió el libro, digamos que en realidad es una compilación de notas, hay que decir cómo es, no es un libro que yo escribí exclusivamente a partir de un pedido de la editorial.

-¿Qué repercusión notaste que tuvo en la gente?

-Muchísima, hasta el día de hoy me sigo sorprendiendo, están ustedes acá (risas). Desde Italia les pareció atractivo para hacer una película de ficción, eso fue lo máximo. Un día me llama un tipo, yo estaba en Claromecó de vacaciones. Era un tano, me atiende el celular mi ex mujer en ese momento y me dice: “Che mirá, te llaman de Italia”. Claudio Fava era, un euro diputado que además es periodista, hijo de un juez que mató la mafia siciliana, un tipo que después busqué en google y era bastante conocido en aquél país. Se interesó en hacer una película. Entramos en una etapa de negociaciones hasta que vinieron de la RAI. Finalmente se estrenó este año en Buenos Aires, en el Gaumont. También me han llamado de Venezuela y Alemania para presentar el libro. Así que realmente me sorprendió. Yo le digo librito afectuosamente porque tiene 140 y pico de páginas, he escrito libros más largos y la verdad que éste fue el que tuvo más repercusión de todos.

-¿Qué otras obras admiras con respecto a estas historias?

-Este film de la RAI que se denomina “No bajen los brazos” es muy bueno aunque se trata de un solo caso. Unos periodistas brasileros lo hicieron tomando todas las historias, se llama “Atletas y dictadura”. He escrito decenas de notas en el diario y en otros medios también sobre deportistas desaparecidos y sigo escribiendo cuando aparece alguna historia. Ahora estoy trabajando sobre un libro que publicó la hermana de Hernán Rocca, el jugador de rugby de La Plata que fue el primer asesinado. Araceli presenta justo mañana a las 19 horas en Eterna Cadencia, una librería, la obra que se llama “Recuerdos de familia” y me invitó a la presentación. Y así les digo, una vez por mes siempre sale un tema relacionado con esto o es que surge una historia nueva o se presenta otra cosa. Acaban de publicar “Maten al rugbier”, un libro de Claudio Gómez, colega que me invitó a su lanzamiento en el Colegio Nacional de La Plata y que tuve la oportunidad de ayudarlo al principio. Son temas que a mí lo que hoy me gratifica es que instalaron esta cuestión de los deportistas desaparecidos. Eran militantes políticos, no es que los secuestraron por ser deportistas, pero el deporte tiene una capacidad de amplificar las cosas tan grande que permitió darle más difusión, aún de la que hubieran tenido si se tomaban como casos aislados o más en el contexto de la política de los otros desaparecidos que hay.

-¿Te acordás cual fue el primer artículo que escribiste con relación al fútbol y la dictadura?

-No me acuerdo, estoy seguro que no fue sobre un deportista, sino sobre algún represor. Una de las primeras notas de gran satisfacción para mí, cuando empecé a trabajar en Página 12 en el año ’98, fue una sobre Suárez Mason que había sido socio honorario de Argentinos Juniors. Era un genocida que murió condenado por crímenes de lesa humanidad, responsable de los cuarteles de Palermo del Comando de Jefe del Ejército. También fue presidente de la Comisión Patrimonial del club y estaba ahí como un socio más. El artículo tuvo mucha repercusión, al punto que se enojaron los dirigentes del club porque estaba publicando eso. Después empecé a publicar otras, creo que una de las primeras más importantes fue la de los jugadores de La Plata, dentro de todos los casos que he escrito, es el que llama más la atención porque cuando empecé con las investigaciones eran 17 casos, ahora son 20 y no producto de mis investigaciones solamente, sino de otra gente, porque esto al fin de cuentas no importa quién investiga sino que salga a la luz cada historia en particular. A mí me han tomado un poco como referente del tema porque tuve la suerte de estar en un medio que nunca me censuró la publicación de este tipo de historias. Se juntaron todas las cosas de una manera tal que me permitió hacer los trabajos con continuidad porque el medio me apoyó. Después publiqué en otros medios también, como La voz del interior de Córdoba, en el diario de las Madres y en algunas revistas.


El libro fue Declarado de Interés Social y Cultural por la Legislatura Porteña

-¿Y para hacer el libro tuviste algún inconveniente para chequear la información o conseguir fuentes?

-No, salvo que tuve que declarar en un juicio. Juan De La Cruz Cairus, un represor que era deportista, futbolista, jugó en la primera de Atlanta y de Newell’s Old Boys de Rosario en la década del ’60 y ’70, diría que me amenazó pero en realidad el tipo se sintió asediado porque estaba investigándolo. Si bien en el libro está la historia y en mi página web: “Técnico de día, represor de noche”, esa persona que integraba un grupo de tareas en Jujuy cuando lo llamé tuvimos una discusión y después me dijo que me iba a hacer juicio, me iba a querellar, en definitiva yo terminé siendo testigo para un juicio contra él que hizo la familia de un desaparecido y declaré en la causa que está en Jujuy radicada desde los tribunales de acá. Dificultades no hubo, la verdad que los familiares se prestaron todos. 

-¿Llevaste el libro a la televisión argentina?

-Hice una mini serie para la televisión en Canal Encuentro que se estrenó en abril de este año, son ocho capítulos. Fue un proyecto que presenté en el INCA, con una productora ganamos un concurso por lo que nos dieron un subsidio en 2011 y al año siguiente hicimos todo el rodaje de las escenas. Son las historias del libro, las historias de la segunda edición porque tomamos casos que no estaban en la primera. La segunda es una edición ampliada y revisada, hay más casos. Y hoy si publicara una tercera también tendría más casos, van a seguir apareciendo. No fui el primero en escribir, lo que hice fue sistematizar todo en un dialogo, por ejemplo el caso de Miguel Sánchez ya lo habían investigado dos periodistas de Clarín, Gabriel Yeri y Víctor Pouyat.

-¿Y de los casos que pudiste investigar, recordás alguno que te haya estremecido o que te haya impactado?

-Todos. No hay ninguno que no me haya estremecido. Impactado por la cantidad de desaparecidos de un mismo club, de un mismo lugar sí, La plata: 17 casos, después tres más. Con historias puntuales de militancia, me he comprometido a partir de estos relatos porque también tengo mi historia personal con un desaparecido en la familia. Sumado que mi círculo familiar siempre estuvo cruzado por el tema deportivo, mi papá fue periodista deportivo, tengo un hermano también con esa profesión, hay muchos deportistas en la familia, yo mismo jugué al rugby, entonces era como inevitable que este tema en algún momento de mi vida fuera a surgir. Era un disparador, un mechero que en algún momento se enciende, pero las historias estaban. De hecho yo fui escribiendo 17 años estas historias. Antes había escrito obviamente sobre la dictadura pero no así sistemáticamente en el tiempo, con continuidad.

-El domingo 8 de noviembre se realizará en Morón una nueva carrera en conmemoración a Miguel Sánchez ¿Qué sentís al respecto y a los demás homenajes que se hacen en memoria de ellos? 

-Me parece estupendo. Siempre que he podido acompañé este tipo de iniciativas, corrí la Carrera de Miguel varias veces. Me parece saludable porque son acontecimientos que te permiten gracias al deporte amplificar estas historias y darle una mayor visibilidad. Es bueno que se concreten en una maratón o en una ONG como fuente posible donde se incluyen a las chicas de hockey bajo el ejemplo o la influencia de la historia de Adriana Acosta, jugadora desaparecida. Se han dado homenajes en Italia a los jugadores de rugby de La Plata, se llamó “La ovalada del corazón”, a mí me regalaron la remera cuando estuve en Roma haciendo un acto homenaje junto a Valerio Piccioni, el periodista que desde el 2000 organiza el recuerdo de nuestra atleta Sánchez. Es importante estos eventos que se dan en muchas escuelas o instituciones. 

-Nosotros estudiamos en donde funcionaba la ESMA ¿Qué te genera ese lugar y las historias que allí ocurrieron?

-Hace poco estuve por ahí y la verdad que me genera una sensación de recogimiento, imagino el sufrimiento que se padeció en ese lugar y a la vez recuerdo mi infancia ya que crie en Nuñez y pasaba por la puerta en aquellos años. Una vez que tuve noción de los actos atroces que se practicaban sobre los más de 5.000 compañeros desaparecidos y poder hoy contarlo me moviliza bastante. Me gustaría volver para conocerlo con mayor profundidad.

Presentación del libro: https://www.youtube.com/watch?v=sCwUK6B5iQE

Por Daiana Restelli


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